La conversación: el arte de hablar en una reunión, convierte en el centro de atención de las Fiestas
Todo el mundo te mira con el ceño fruncido y en el silencio abismal de la sala se escuchan a lo lejos los aullidos de los perros, ¿fue algo que dijiste?
No es un secreto: en las reuniones, el alma de la fiesta siempre es aquella persona con una conversación fluida y simpática. No debes confundir ser el gran conversador con el payaso de la ocasión y hay temas que debes evitar. Sigue esta pequeña guía para saber de qué hablar y de que no en una reunión con la familia o los amigos.
Rompehielos: cómo iniciar una conversación
Si tú estás dando la fiesta, tienes doble obligación de hablar un poco con cada uno de los invitados. Si estás asistiendo a una fiesta, tienes que ser una persona agradable como una cortesía con quienes te invitaron. ¿Sobre qué puedes hablar?
Un cumplido: comienza halagando algo de los presentes, por ejemplo, el suéter, el vestido o una fotografía que tengan a la vista. Por supuesto, recuerda mencionar cuánto te ha gustado la comida y muestra entusiasmo.
Un logro o acontecimiento placentero: Puede ser sobre los invitados o los anfitriones, e inclusive de los hijos de estos. Interesate por la historia y trata de hacer remembranza de algún evento pasado que todos tengan en común.
Una situación externa: el clima o el tráfico son un poco trillados, así que busca la opinión de todos sobre un tema de interés general, ya sea una nueva película o la última novela de un autor que conozcan.
Lo que nunca debes decir
Tus cumplidos jamás deben ir acompañados de la pregunta: ¿cuánto te costó? Lo que debes evitar a toda costa en una reunión es sacar a relucir el tema financiero, pues es de muy mal gusto. Lo mismo sucede con la religión.
Accidentes, despidos o chismes son asuntos que pueden darle un tono muy desagradable a la velada. Aunque te mueras por preguntar los detalles del divorcio de una conocida, evítalo, incluso si las personas de quienes hablas no están presentes, ¿por qué? Te harán ver como chismosa.
Jamás critiques nada de lo que te den de comer. Salvo una alergia, debes aceptar todo lo que te ofrezcan y evitar comentarios como “la carne estaba un poco seca” o “no tolero la imitación de camarón”.
Comentarios
Publicar un comentario